7 de MARZO - por LUISINA GONZALEZ

07.03.2017

CON LA CABEZA DE LOS DIRIGENTES, O NO SERÁ.


PH. Kaloian Santos Cabrera


Con la consigna de marchar contra las políticas económicas del gobierno de Mauricio Macri, y con la esperanza de un paro general, el 7 de marzo la CGT encabezó una multitudinaria movilización.

Contó con el precedente del paro docente del día anterior en reclamo de la reapertura de paritarias, el presupuesto educativo y el salario mínimo docente.

Pero vayamos concretamente al paro de la CGT.
¿Dije paro? Perdón, esa se las debo.

Centrémonos en el acto de la CGT en Plaza de Mayo.
¿Cómo que no fue en la plaza del pueblo?

A ningún asiduo participante de marchas y actos políticos pudo habérsele pasado por alto, ¿verdad? A nadie.

El acto no fue en Plaza de Mayo ¿para no contrariar al presidente?…no vaya a ser que todavía se enoje.

Sin darle mayor relevancia al lugar, y suponiendo que, “queremos estar de espaldas a la Casa Rosada” en señal de descontento, podríamos centrarnos en los tres discursos potentes, llenos de contenido y combativos, del triunvirato cegetista.

¿No me digan, eso tampoco sucedió? Claro que no.

Subieron apurados al palco, una hora antes del horario en que se había convocado, y bajaron empujados por la multitud.

Al clima de descontento generalizado, se sumó la mala pasada que el inconsciente le jugó a Héctor Daer (aunque en mi barrio sabe, estimado lector, a esto se le llama “mostrar la hilacha”). Habló de "un paro antes de fin de año… perdón, a fin de mes", se precipitó en aclarar, pero ya era tarde.

Tras los discursos, breves y llenos de conceptos básicos, y sin ningún tipo de definición en la fecha para un paro general que el pueblo exigía a gritos cuasi desgarradores, el triunvirato tuvo que irse del palco, custodiado. Lo acompañó el canto general de los trabajadores “pone la fecha, la puta que te parió”.

¿Arreglo entre la cúpula cegetista y el gobierno?

La decepción de la multitud terminó en corridas y disturbios que, de ninguna manera como se trata de instalar desde el oficialismo, opacaron la multitudinaria convocatoria, ni los cientos de miles de trabajadores exigiendo respuestas del gobierno.

El pueblo pide a gritos una nueva dirigencia.

Lo que ocurrió es un hito en la historia de los movimientos sindicales. Porque ocurrió en un gobierno marcadamente neoliberal, (hasta Moyano era más “digno” resistente al neoliberalismo. Y…es que siempre puede venir algo peor, ¿vieron?).

Ni durante los doce años de gobierno kirchnerista, al que se le hacía paro pese a que era un país que favorecía a los sectores populares.

Quizá este hecho, nos abra las puertas a una nueva forma de dirigencia sindical, más leal y dispuesta a luchar, comprometidos con el pueblo. (Siempre escribo deseos personales en mis notas, disculpe).

¿Cómo sigue esto? Veremos. (No se me distraiga demasiado con el futbol).
Lo que es seguro, es que mientras la CGT sigue pensando qué aperitivo toman mientras debaten “paro sí, paro no”, las mujeres ya tomamos las calles en otro día de intensa lucha.
¡VIVA EL PUEBLO DE PIE!

por Luisina González.

Periodismo DESDE OTRO LADO.

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